29 de mayo de 2023
Los sensores de movimiento son dispositivos que ayudan a una reducción significativa del consumo eléctrico. Estos elementos de bajo precio e instalación sencilla permiten un consumo mucho más eficiente y reducen la factura eléctrica. Veamos cómo.
Los sensores de movimiento aplicados a viviendas, oficinas e industrias, permiten un uso más eficaz y reducido de la electricidad. Estos dispositivos activan el encendido y apagado de equipos ante movimientos en un campo predefinido por el usuario.
Esta tecnología, esencialmente simple, dosifica el uso de la energía sólo cuando se necesite. Los equipos se pueden encender o apagar automáticamente después de un cierto tiempo de inactividad.
Se aplican en áreas comunes de edificios pero, adicionalmente, se instalan en interiores en cualquier área que no requiera uso continuo de la energía. Además de su practicidad, los sensores de movimiento ayudan a reducir significativamente el consumo eléctrico.
Su activación a demanda y 100% automática, ayuda a miles de familias, comunidades de vecinos y empresas a reducir su factura eléctrica. Actualmente, existen cientos de modelos de sensores de movimiento aplicados a la iluminación e integrados a sistemas integrales de domótica.
Como un recurso práctico y de mucha versatilidad, son además, un aliado permanente en la búsqueda de acciones que reduzcan el consumo energético. Así, podemos no sólo reducir el pago de la factura eléctrica, sino contribuir con la sostenibilidad medioambiental.
Un sensor de movimiento es un dispositivo electrónico que se ha diseñado para detectar cambios en el entorno. Asimismo, crean una señal que permite detectar la presencia o movimiento de personas u objetos y cerrar un circuito para activar otros dispositivos.
Estos sensores usan una tecnología esencialmente simple que se basa en el cierre rápido y a demanda de un circuito o fluido eléctrico. Los detectores de movimiento utilizan diversos métodos para captar señales de personas, animales u objetos. Dependiendo del tipo de sensor se pueden detectar la emisión de calor corporal, luz, infrarrojos, microondas, ultrasonido o cambios en la presión de una estancia.
Sus usos no sólo se refieren al uso de bombillas con sensor de movimiento o luces con sensores de movimiento. En la actualidad, hay sensores de movimiento para:
Todos los sensores de movimiento, incluyendo las bombillas con sensores de movimiento, tienen un principio básico: El ahorro de energía. Esto lo consiguen a través de un apagado automático ante espacios vacíos o inactividad de uso. Consecuentemente, ayudan a reducir de una manera progresiva y escalable el consumo eléctrico y dan más eficiencia energética a viviendas y empresas.
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Con la subida de los precios de la energía, muchos hogares, comercios e industrias buscan alternativas que les permitan ahorrar el coste de la electricidad. El consumo vacío o fantasma, consume entre un 6% y un 10% de la factura eléctrica. Esto, se puede reducir significativamente con los sensores de movimiento.
Estos sensores se usan frecuentemente en sistemas de iluminación para encender o apagar las luces sólo cuando hay movimiento. En áreas de baja ocupación, donde no es necesario que las luces estén encendidas constantemente, los sensores permiten aumentar la eficiencia energética. Apagando automáticamente las luces cuando no hay movimiento, se evita el desperdicio de energía y se reducen los pagos de electricidad.
Pero también se pueden integrar sensores en sistemas de control de climatización para regular la temperatura y el flujo de aire en función de la ocupación. Por ejemplo, en ausencia de movimiento durante tiempo determinado, el sensor puede enviar una señal para ajustar la temperatura o apagar el sistema de calefacción o aire acondicionado.
Adicionalmente, hay sensores para el apagado automático de dispositivos cuando no se detecta actividad. La inactividad de estos dispositivos consume electricidad sin producir beneficios, lo que redunda en un desperdicio que suma céntimos a la factura mensual.
Aunque las bombillas con sensores de movimiento es el uso más extendido y común, no es el único. En la actualidad, con el desarrollo de los sistemas de domótica, los sensores de movimiento se aplican a muchas actividades domésticas y empresariales. Veamos algunos de los sensores de movimiento más comunes en la actualidad:
Las luces con detectores de movimiento son el uso más conocido de este tipo de tecnología. A través de diferentes tecnologías, una bombilla con sensor de movimiento crea un arco de detección de señales humanas, animales o de objetos que cierran el circuito eléctrico.
Este tipo de sensores funcionan de forma similar a los sensores de iluminación. Estos dispositivos se encienden con el movimiento y activan su funcionalidad. Son comunes en puertas de acceso, cámaras de CCTV, cerrojos y sistemas de alarmas.
Los sensores de actividad son muy comunes en la mayoría de los dispositivos electrónicos actuales. Desde el móvil que tenemos en la mano, hasta equipos de gran tamaño, pueden configurarse para apagarse ante la ausencia de uso.
La iluminación energéticamente eficiente se basa en sensores de movimiento como sistema base de ahorro eléctrico. Las bombillas con sensores de movimiento se encienden únicamente cuando se detecta movimiento.
Esto es particularmente útil en áreas como entradas, escaleras, baños o áreas de almacenamiento. En estos espacios no es necesario que las luces estén encendidas continuamente, consumiendo electricidad.
Adicionalmente, estos sistemas se están instalando con éxito en sitios públicos como parques, calles y zonas de baja circulación. De esta forma, particulares, empresas y entes públicos están optimizando el consumo aplicado sólo cuando existe la necesidad.
Los sistemas de iluminación con sensores de movimiento y otras tecnologías de ahorro pueden conectarse a sistemas fotovoltaicos. De esta manera, podemos reducir la demanda de energías convencionales y, además, aumentar el rendimiento de baterías y sistemas de acumulación.
Los estudios técnicos personalizados de ACCIONA Energía te darán todas las claves necesarias para optimizar tu consumo. De esta forma podrás ahorrar mucho dinero, pero, además, contribuir con la sostenibilidad ambiental.
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