1 de febrero de 2023
Las medidas de ahorro energético son la manera más eficiente de reducir el pago de la factura de electricidad y gas sin restar confort a nuestra cotidianidad. Existen muchas formas de ahorrar sin sacrificar nuestra calidad de vida… ¡Veamos!
Las subidas de los precios de la energía han afectado el presupuesto de millones de hogares, comercios e industrias españolas. Muchas familias y empresas buscan implementar las mejores medidas de ahorro energético sin sacrificar su confort y calidad de vida.
Para empezar, en la actualidad cada día más dependemos de la energía eléctrica para la mayoría de nuestras tareas cotidianas. El uso de equipos y electrodomésticos nos han ayudado a hacer de nuestras vidas algo más confortable, fácil y útil.
El problema principal es que esta dependencia a nuestros equipos y electrodomésticos está afectando a nuestra economía familiar. Reducir el consumo puede parecer algo fácil en teoría, pero en la práctica esta tarea le está costando mucho esfuerzo a cada vez más familias.
Es por ello, que conocer las formas más sencillas de reducir el consumo sin alterar nuestro día a día nos permite ahorrar energía de una manera más sostenible y eficiente.
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Todos los días nos vemos en la necesidad de encender equipos que consumen energía y que se han convertido en algo indispensable en nuestro desarrollo. Estos equipos han traspasado la barrera del lujo o el confort para convertirse en necesidades insustituibles.
Por ejemplo, en zonas con cambios estacionales pronunciados, es impensable suprimir el aire acondicionado en veranos con temperaturas superiores a 40ºC. Del mismo modo, es imposible pensar en una gélida noche invernal sin un equipo de calefacción.
Asimismo, nos es prácticamente imposible de imaginar nuestras vidas sin el uso de los equipos que se han hecho fundamentales. Aun así, existen algunas medidas de ahorro energético que podemos poner en práctica sin hacer grandes sacrificios.
Veamos algunas de las formas más sencillas de reducir nuestro consumo doméstico sin alterar nuestro ritmo de convivencia. Estas son solo algunas de las más eficientes y de más fácil aplicación.
No necesitamos retroceder en el tiempo y volver a la Edad Media para reducir el pago de la factura eléctrica. Si aplicamos estas medidas de ahorro de electricidad y gas, podremos pagar cada vez menos sin alterar nuestro confort. Veamos:
Todos los analistas, en cualquier sector o rama de la ciencia, coinciden en que es imposible solucionar un problema si antes no lo identificamos. En este contexto, el primer paso para aplicar medidas de ahorro de energía es precisamente analizar dónde están nuestras debilidades.
Si observamos un día cualquiera en nuestros hogares, podemos identificar aquellas fuentes de consumo que podríamos reducir o incluso prescindir. Estudiar el consumo de cada equipo nos dará una herramienta para identificar cuáles son los más ahorradores y cuáles son los que más derrochan energía. En consecuencia, podríamos evaluar la pertinencia de su uso y determinar si pueden ser sustituidos, controlados o eliminados por completo.
Aunque muy pocas veces nos fijamos en ello, todos los equipos modernos vienen con una certificación de eficiencia energética. Antes de comprar un equipo, debemos elegir aquellos que cuenten con una certificación A o superior.
Este etiquetado identifica a aquellos equipos que hacen un mejor uso de la energía y cuentan con componentes que reducen el consumo. Los equipos de mayor eficiencia sólo usan aquella porción de energía absolutamente necesaria y por lo tanto, ayudan a reducir el consumo.
Largas duchas con el agua a muy alta temperatura, aires acondicionados encendidos en habitaciones vacías, secadoras de ropa a media carga. Y así, podríamos enumerar una serie de malos hábitos energéticos que hemos desarrollado y que nos afectan en nuestros bolsillos.
Por lo tanto, es fundamental trabajar en equipo como grupo familiar y comenzar a reducir aquellas actividades que usan más energía de la necesaria. Con pequeños cambios en nuestra cotidianidad podemos ahorrar mucho dinero anualmente.
Seguramente habrás visto en los informativos esto de las horas valle y horas punta. En términos sencillos, son las franjas horarias en las que la energía es más barata y más costosa. Por lo general, las horas de mayor consumo generalizado se consideran horas punta y las de menos, horas valle.
Utilizar los equipos de mayor consumo durante las horas valle nos ayuda a aprovechar las tarifas más baratas para un mayor ahorro. Utiliza los temporizadores del horno, lavadora o secadora para encenderse y apagarse durante estas franjas más baratas y así ahorrar energía.
Una de las medidas de ahorro energético más eficientes, sin sacrificios y sin afectar nuestro bienestar es el autoconsumo fotovoltaico. La energía solar es la energía más limpia, eficiente y con la potencia suficiente para accionar todos nuestros equipos domésticos.
La instalación de paneles solares y equipos de autogeneración supone una inversión que se amortiza en el corto plazo y que reduce a una fracción el pago de la factura eléctrica. En algunos hogares, el autoconsumo solar ha supuesto un ahorro de hasta un 90% de la factura de energía con el máximo confort y seguridad.
Instalar placas solares es hoy en día algo muy sencillo, rápido y con muchas ventajas económicas. Existen una serie de subvenciones y ayudas públicas que permiten hacer esta instalación prácticamente sin la inversión de dinero propio.
Adicionalmente, los estudios técnicos y gratuitos de empresas como ACCIONA Energía te permiten instalar los equipos ideales para tus necesidades. Con un acompañamiento continuo y una asistencia técnica de primera, puedes instalar en muy pocos días un sistema fotovoltaico para tu vivienda.
Contacta con ACCIONA Energía y solicita un estudio técnico personalizado en el que podrás ver cuánto ahorrarás en el pago de energía. Además, puedes utilizar su calculadora solar para tener una idea preliminar de precios, generación y ahorro.
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